miércoles, 20 de febrero de 2008

Exposición Áreas Protegidas de Atacama

Se invita cordialmente a todos los vecinos y turistas de la comuna de Caldera a visitar la exposición de las Áreas Silvestres Protegidas de la Región de Atacama, que se llevará a cabo el día jueves 21 de enero de 2008 en la Plaza de Armas de Caldera, entre las 10:30 y 14:00 hrs.
La actividad tiene como propósito contribuir al conocimiento en torno a las áreas protegidas de la región de Atacama de visitantes, turistas y comunidad en general, en términos de su patrimonio natural, cultural e histórico. Para aquellos que desean participar podrán informarse de las distintas especies de flora y fauna, de la gran belleza de sus paisajes, entre otros aspectos, que forman parte de los parques y reservas, tanto marinas como terrestres que nuestra región posee.

domingo, 10 de febrero de 2008

Recomendaciones para los visitantes



El Área Marina y Costera Protegida Isla Grande de Atacama se extiende desde Punta Morro hasta la desembocadura del río Copiapó. Este espacio de aproximadamente 12 mil hectáreas ha sido destinado para la conservación de su patrimonio natural e histórico cultural.
Todos podemos disfrutar de sus hermosos paisajes y playas, de su alta biodiversidad y de su gran riqueza paleontológica y arqueológica. Nuestra tarea como ciudadanos es contribuir al cuidado de este espacio.

CUANDO VISITE EL AREA SIGA ESTAS SENCILLAS RECOMENDACIONES

Disponga adecuadamente de sus residuos. Minimice la generación de basura, llévesela de regreso, recicle y/o reutilice. Este es un lugar alejado, desde donde es muy difícil el retiro de basura.
Recuerde que no esta permitido realizar fogatas. Estas generan un gran impacto en el paisaje.
Utilice los baños que están en Caleta Cisne. Ayúdenos a mantenerlos limpios para que continúen sirviendo al visitante.
Deje lo que encuentre. No dañe ni marque los objetos naturales ni culturales (restos arqueológicos, fósiles, cerámicas, puntas de flecha, etc.), permita que otros disfruten del estado silvestre del área. Tampoco extraiga mariscos ya que son la fuente de trabajo de buzos y pescadores.
Respete la fauna silvestre. Observe a los animales desde una distancia prudente, respete los corredores naturales de los animales, no los siga, no los alimente ni se les aproxime y evite traer mascotas. Así estará protegiéndolos y protegiéndose.
Respete a los demás visitantes. Evite ruidos molestos y el uso de artefactos electrónicos.
Recuerde que no esta permitido el ingreso de vehículos motorizados a los terrenos de playa.

Denuncie las prácticas irresponsables al interior del área protegida. Comuníquese al fono 52-214511 ó 52-212361.

Columna de opinión "Subámonos al balcón"


Por Maria Angélica Contreras C
Guía y admiradora de la flora del desierto

Gente de todo el mundo pagó millones y viajó a Atacama el año 97 para ver el Desierto Florido. Mi familia y yo lo hicimos desde Parral (7º Región ) .Mas allá de las fotos increíbles que guardo me basta cerrar los ojos para revivir la imagen de tantas flores, la mayoría, desconocidas para mí.. Y es que se podrán escribir miles de palabras o tomar miles de fotos de este fenómeno, pero nada como estar ahí, sentirlo, olerlo, verlo. He vivido en lugares tremendamente fértiles, pero conocer el desierto y luego verlo florido, es como estar en otra dimensión. Estoy segura que esta sensación de irrealidad no era solo mía. Se podía leer en las caras y en los silencios de los otros visitantes,
Sin desmerecer el justo orgullo atacameño por las alfombras del Desierto Florido, hoy quiero poner el acento en otra vegetación, muchísimo mas modesta, muchísimo mas silenciosa pero no menos importante.
La parte territorial del AMCP-MU Isla Grande de Atacama nos regala cada día el espectáculo de una flora permanente que es un desafío a las condiciones de sequedad que definen al desierto. Las neblinas matinales y los incontables recursos de adaptación de las propias plantas hacen que un paseo por el área nos sorprenda aún en los años mas secos. Ahí están esperando por nosotros las hierbas del salitre, los cuernos de cabra, los suspiros, los cactus colita de oveja, las copiapoas, etc.
Cada una haciendo gala de sus recursos: hojas pequeñas para no deshidratarse; redes de tallos, pelos y cera para atrapar la neblina; raíces profundas, aferradas al suelo atacameño, sosteniendo la vida en espera de tiempos mejores en que se volverán locas produciendo miles de flores y semillas. Esperarán la bonanza por años si es necesario, con la misma paciencia que a aprendido el nortino para sobrevivir a los tiempos difíciles. Mientras tanto podemos verlas, conocerlas, familiarizarnos con ellas. Para aprender a quererlas. Para aprender a cuidarlas.
La invitación de hoy es a recorrer la zona y mirar con otros ojos lo que pueden haber visto toda su vida. Este verano convirtamos las mañanas nubladas en una magnífica oportunidad de que los niños vean la cara verde del área, invitemos a los jóvenes a recorrer los senderos del Morro, la aguada de Chorrillos, el humedal del río Copiapó.

A los adultos mientras paseamos enseñemos con el ejemplo caminado por los senderos sin romper, sin ensuciar. Volvamos cada vez que podamos, en distintas épocas del año para apreciar los tiempos de la naturaleza. Una vez encontraremos brotes, otra vez, semillas.

Los invito a subirse a un balcón imaginario y tener una perspectiva distinta del verde que siempre está ahí para valorar el esfuerzo diario de cada una de estas plantas que más allá de producir flores mas o menos hermosas nos muestran los ciclos prolijos y delicados con que la naturaleza teje la red de la vida.

Columnas de opinión "Participación comunitaria en acción"


Por Héctor Cepeda Vanegas
Geólogo, Bahía Inglesa

¿El Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos Isla Grande de Atacama un ejemplo?
El Proyecto GEF Marino hizo convocatoria a la comunidad calderina para participar en las acciones pertinentes a la construcción de un plan de acción (PA) que permitiera poner en marcha real el Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos Isla Grande de Atacama (AMCP – MU – IGA). La convocatoria fue dirigida, principalmente, a entidades organizadas y a autoridades municipales. La respuesta a la convocatoria resultó en el denominado Equipo de Acción Local (EAL) que se reune para discutir y aportar ideas en pro del AMCP – MU – IGA. La participación es enteramente voluntaria tras el sueño de contribuir a la protección de la naturaleza como mecanismo de ampliación y mejoramiento de las oportunidades de acceder al conocimiento del territorio y de generación de empresa local que aproveche los recursos de modo sustentable. Se trata de líderes comunitarios, profesores, funcionarios municipales, artesanos y otros microempresarios, amas de casa y particulares de todas las edades, todos unidos por su sensibilidad por el medio ambiente y la sociedad.
El PA y sus actividades son resultado concreto de sumar visiones, experiencias y sueños. Dicho plan contiene componentes de difusión del conocimiento del AMCP – MU - IGA y de respuesta al uso turístico durante el verano 2008. La principal preocupación para el verano 2008 es el manejo de basuras y la educación a los visitantes para un comportamiento respetuoso y de playas y demás recursos.
Para poner en marcha el PA, todos los integrantes del GAL adquirieron compromisos y pusieron a disposición recursos. El GEF Marino se pone con recursos y gestión para conseguirlos desde la empresa privada y desde el fisco. Exposiciones fotográficas, excursiones a estudiantes y adultos mayores, conferencias, traducción del conocimiento científico ocurren y el plan tiene cuerpo, forma y alma y actúa.
A lo largo de todo el proceso de participación comunitaria, en especial durante la formulación y desarrollo del PA, surgen inquietudes en el EAL. Se trata de entender con claridad quién aprovechará la ofrenda espontánea de entusiasmos, experiencias y sueños de sus integrantes. Respecto de la puesta en marcha del AMCP – MU – IGA, se formulan preguntas como:
• ¿Cuántas nuevas o actuales pequeñas y medianas empresas locales beneficiarán?
• ¿Cuántos empleos nuevos y dignos para los habitantes de Caldera?
• ¿Los planes y programas locales de educación se verán impactados?
• ¿Seremos capaces de asumir los retos o veremos llegar a empresarios y expertos foráneos a aprovechar las riquezas de nuestro territorio?
• ¿Será Caldera una comuna ejemplo de manejo sustentable de turismo y protección de recursos naturales?
• ¿Seremos más felices?
Los sueños, producto de imaginaciones ingenuas y llenas de esperanzas, tratan de ver el AMCP – MU – IGA y la participación comunitaria respetadas. Lo contrario significará que la participación comunitaria fue sólo un trámite, es decir, acción sin efecto.

Columna de opinión "La escuela Manuel Orella en el Área Marina Costera Protegida"


Por Nelson Pinto
Profesor Escuela Manuel Orella

Nos propusimos hacer clases al aire libre y para ello postulamos a un proyecto con Servicio País que permitió darle vida a la iniciativa titulada “Recorriendo nuestro pasado para rescatar el patrimonio histórico y cultural de la comuna de Caldera”, un desafío que tenía un componente especial, llevar la escuela hacia el lugar donde comienza la historia del pueblo de Caldera, donde hoy se encuentran asentamientos del pueblo “chango” que habitó en nuestras costas hace muchos años y de quienes heredamos nuestros estilos de vida, la caza, la pesca, la recolección de mariscos y algas. Llevamos a 300 alumnos al sector del Morro Copiapó, la Aguada Chorrillos y la desembocadura del río Copiapó, lugares que hoy se encuentran en el área protegida Isla Grande de Atacama. En este espacio, los alumnos aprendieron e intercambiaron de experiencias enriquecidas con sus propias vivencias.
El avistamiento de guanacos marca uno de los puntos más enriquecedores de las visitas. En el sector del Morro, mientras ascendíamos a la primera demarcación de la ruta del patrimonio costero, divisamos a ambos camélidos que se detenían a mirarnos. Fue un verdadero regalo de la naturaleza, luego desaparecieron entre las quebradas. Como corolario nos deleitamos con la presencia de un zorro culpeo que se acercó al grupo. Sin duda el tema fue la vida silvestre en el lugar, cumpliendo de esa forma la idea de una clase al aire libre con elementos que son difíciles de reproducir en una sala de clases. El agua en la región de Atacama fue otro punto de discusión en nuestras tareas, tanto en la Aguada Chorrillos, como en la desembocadura del Río Copiapó, reflexionamos sobre la importancia del agua. En ambos lugares “la clase al aire libre” giró en torno a las posibilidades de vida vegetal y animal y el rol que le compete a esta sociedad para preservar y armonizar nuestros estilos de vida con los otros habitantes de nuestro mundo.
En este proyecto participaron los cursos; Prekinder, Curso de Lenguaje,2ª A, 2ª B, 5º A, 6ªB, 7ªB, 8º A y 8ºB, con sus respectivos profesores; Claudia Guerrero, Karla Rojas, Gertrudis Laferte, Patricia Figueroa, Maricela Olguín, Natalio Aguilar, Jorge Gaytán, Julio Soza, Margarita Castro, Froilana Ramos y Nelson Pinto, como Coordinador del Proyecto.

Hoy en día, el Área Marina y Costera Protegida Isla Grande de Atacama nos ofrece un escenario propicio para que nuestros niños visualicen de una manera más positiva su entorno y adquieran conciencia por el cuidado del medio ambiente. Este es un proceso educativo de largo plazo, que debe instaurarse en nuestros establecimientos desde los más pequeños. Sin duda, todos somos parte de este gran desafío.

Columna de opinión "Al cuidado de las macroalgas pardas"


Por Roberto Villablanca M.
Asesor Proyecto GEF-Marino, Atacama.

El borde costero de nuestra región, donde se combinan la aridez del desierto con las aguas ricas en nutrientes de la corriente de Humboldt, durante las últimas décadas ha experimentado una serie de presiones por parte del hombre. Estas presiones de origen antrópico relacionadas con la ocupación del territorio para la realización de diferentes actividades económicas, directamente o indirectamente han modificado el paisaje y los procesos naturales que ocurren en el ecosistema costero. Es sabido el impacto que se genera por las actividades pesqueras sobre el ambiente marino, las que en su mayoría se encuentran en un estado de plena explotación, con gran parte de los principales recursos hidrobiológicos en franca disminución, lo que además de tener consecuencias ambientales, conlleva también un tremendo impacto socioeconómico en quienes por años han realizado la actividad.
Como una manera de frenar esta acelerada pérdida de recursos y el deterioro del ecosistema costero, el Gobierno de Chile, con aportes del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF en inglés), puso en ejecución la implementación de una política de creación de áreas marinas y costeras protegidas de múltiples usos a lo largo de la costa chilena. Una de estas áreas protegidas, conocida como Isla Grande de Atacama, se encuentra en la comuna de Caldera, específicamente entre el Morro Copiapó y la desembocadura del río Copiapó. Allí se pretende combinar la conservación del patrimonio natural, las actividades productivas de bajo impacto, el manejo a escala local de los recursos naturales, el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes y la suficiencia económica del área bajo protección.
Como resultado de un taller realizado recientemente, donde se expusieron los resultados de la evaluación del estado de condición de los recursos naturales del área protegida, los diferentes científicos y técnicos a cargo de los estudios entregaron una serie de recomendaciones, las que a partir de un proceso de construcción participativo, deben formar parte de los distintos programas (manejo, administración, fiscalización, monitoreo, extensión, etc.), que nos entreguen las normas y reglas para un adecuado funcionamiento del espacio protegido. Uno de los recursos más críticos en Isla Grande de Atacama, lo constituyen las macroalgas pardas también conocidas como huiros. Estos son organismos ingenieros que estructuran los ecosistemas costeros, o sea, que su presencia en el ambiente incrementa el número de hábitats y por lo tanto la diversidad de especies asociadas. Además de su importancia ecológica, en Chile los huiros tienen importancia social y económica. La importancia social radica en que la pesquería de huiros es marginal, es de libre acceso a todas las personas, y constituye el sustento para muchos buzos y “algueros”. La importancia económica se debe a que históricamente, por más de cincuenta años, las macroalgas han sido explotadas para la extracción de geles, utilizados en la industria farmacéutica, de alimentación, etc. Sin embargo, la demanda de huiros por el mercado de los geles y por el incipiente desarrollo del cultivo de abalones que utiliza estas algas como alimento, ha incrementado linealmente los volúmenes cosechados, afectando principalmente las poblaciones del norte de Chile (I a IV Región). Es en este contexto que los huiros distribuidos dentro de los límites del área protegida han sido afectados por la explotación a través de cosechas o por recolección de algas varadas desprendidas naturalmente.
Dentro de las recomendaciones, se sugiere que cuando se extrae el Huiro Negro y el Huiro Palo (Lessonia spp), se deben extraer completamente las plantas más grandes, incluyendo su disco de fijación, entresacando plantas y evitando volver a cosechar en la misma área en los próximos 4-6 meses. Estas simples recomendaciones de manejo permiten liberar espacio para futuros asentamientos de plantas juveniles (reclutamiento) y mantienen una población de adultos reproductivos. En contraste, los científicos sugieren que la explotación de las poblaciones del Huiro Canutillo o Flotador (Macrocystis integrifolia) debe ser prohibida debido principalmente a su distribución fragmentada, esto es, en parche, a su baja abundancia y a su baja capacidad para renovar sus poblaciones. La excepción debiera ocurrir en el caso de existir un adecuado programa de cosechas dentro de las áreas de manejo de los pescadores artesanales, con planes de cosecha para esta alga o en áreas donde las poblaciones tengan un co-manejo entre pescadores artesanales y empresas. Estas y otras recomendaciones, deben ser discutidas con los usuarios de los recursos y con la autoridad pesquera, de manera de consensuar normativas cuyo objetivo sea equilibrar la disminución de las presiones a las que está sujeto el borde costero y sus recursos y la actividad pesquera.